poesia de barro
miércoles, 28 de enero de 2015
domingo, 21 de diciembre de 2014
Veintiseis
Le pedí a estas lágrimas no llorar y a estos latidos tristes no sufrir. Mis manos desbastadas por lo cotidiano no pudieron escribir mas promesas para retenerte. El alquiler de las ilusiones era demasiado caro. Cubiertos por un cielo duro, quedaron solo mis brazos para envolverte y el silencio no sirvió para entibiar tú pecho, de donde poco a poco me arrancaste sin dolor.
lunes, 24 de noviembre de 2014
Veinticinco
Y, las lágrimas cuando se destrozan las manos; y, la sangre cuando los corazones se apagan ahogados en realidad ; y, la tristeza cuando desaparece la esperanza; y, el olvido cuando los rostros se disfrazan con arrugas. ¿Dónde esta todo eso?.
Veinticuatro
En el frasco verde, donde compramos la miel este verano, en el que pintaste una guarda de jazmines, ahí encontré escondido un beso tuyo, ¿es mío?, porque de otro modo no lo entendería.
Veintitres
He vaciado de lagrimas mis ojos en tú pequeño cuerpo montañoso. No borres mi huella. Guarda algo de tristeza, no te pido mucha, quiero seguir creyendo en tu promesa: "Cuando no estés, moriré de tristeza".
jueves, 24 de julio de 2014
Veintidos
Embarrado de vida, con la piel ensombrecida por el sol, los ojos enceguecidos por el asombro de escuchar tantas mentiras, tenía en sus manos un cumulo de luna temblorosa, y en sus oídos el cálido sonido que nace a nuevas y frágiles palabras diciendole que lo amaban.
Veintiuno
Esa noche en un rincon de mi cuerpo que apenas respiraba, tus palabras de seda buscaron mi alma amedrentada. Míre de reojo tu boca madura, tus labios endulzados por el deseo, apasionados, escuche los zuzurros de flores amarillas que iban y venian para confesarte mis últimos secretos. Dejaste caer tú cuerpo que flotaba entre mis brazos. Mis manos artesanas tallaron gestos en tú alma. Mi pequeña manzana, de piel veteada, he trepado el árbol donde maduras, he roto el tiempo para acortarlo, no me canso del recorrido de tú cuerpo, tan distinto cada mañana, cuando se derrama sobre mi pecho y renace en silencio entre mis tristezas impalpables para volver donde estabas.
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