jueves, 24 de julio de 2014

Veintidos

Embarrado de vida, con la piel ensombrecida por el sol, los ojos enceguecidos por el asombro de escuchar tantas mentiras, tenía en sus manos un cumulo de luna temblorosa, y en sus oídos el cálido sonido que nace a nuevas y frágiles palabras diciendole que lo amaban.

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