martes, 28 de enero de 2014
Diecinueve
Entiendo que quieras escuchar: "Amo tus alas de mariposa cuando en tus miradas buscas adormecer mis ojos sobre tú cuerpo. Amo las pequeñas mentiras que en tú boca dicen mis verdades. Amo tus latidos cuando te vas y me extrañas un poco más. Amo el paisaje de petalos donde tus labios es lo único que me envuelve en sus locuras. Amo cuando te paras intacta a mi lado y me susurras en el oido que ya es tarde y debemos ir a la cama. Amo cuando tus ojos se hunden en mi alma y tus brazos me acorralan entrecortando mis palabras". Pero no, con el alma ajada y el cuerpo golpeado de tantas mentiras. Con la feria de los domingos donde no me dan ni un tomate a cambio de mi poesia. No me importa llenar el estomago con tus besos y que mi sangre se alimente de tú dulzura. Aunque mi oro, mi trigo y mi miel lo guardas en tú pecho, y tú dignidad no la pierdes porque camino descalzo, no puedo sufrir para que se desborden las palabras tuyas, tengo que guardar mis lágrimas para estar cuando las manos pequeñas se extiendan y me pidan un corazón duro para golpear y golpear la injusticia hasta poder enderezarla. Quiero amarte en libertad.
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